domingo, 31 de julio de 2016

La mirada externa

Es el miedo hacia la mirada externa lo que muchas veces nos paraliza o no nos deja ser nosotros mismos. Ese “terrible” miedo a ser juzgado por personas que realmente no significan gran cosa en nuestra vida. Nos sentimos débiles, y caemos bajo el peso de palabras que poco tienen que ver con nosotros. Solamente le importamos a pocas personas, el resto es ruido, es hojarasca. Pero lo primero que debemos hacer es preocuparnos por nosotros mismos. Escribir es una forma liberadora de expresar todo aquello que nos aqueja, que nos preocupa, que nos angustia. Definir qué cosas o situaciones nos alegran, nos traen paz, y luego actuar en consecuencia. Olvidarse de los buitres de la desgracia, de esas personas que solamente se alimentan de la carroña ajena, para simplemente causar más dolor o profundizar las heridas. Ser yo mismo en todas mis potencialidades, no importa que a veces caigamos, tengamos miedo, dolor o pánico. Lo importante es que podemos volver a levantarnos, y seguir, más sabios, más robustecidos. Así que la próxima vez que alguien ose menospreciarte o destilar su veneno, lo mejor que podemos hacer es sentir lástima o compasión por esa persona, y continuar nuestro camino. Nuestra salud mental estará más que agradecida. 

viernes, 22 de julio de 2016

Presentación

Mi nombre es Milagros. Tengo 39 años, en un par de meses cumpliré 40. No puedo quejarme de mi vida. Nunca me faltaron cosas materiales, pero la verdad es que no tuve una infancia feliz. Recibí mucho maltrato de mis padres, especialmente de mi madre. Pero también recibí mucho amor de parte de mi familia paterna. Debo decir que mi abuela vio en mi a alguien especial, a una nena muy inteligente. También les cuento que en mi familia paterna fueron o son todos muy capaces. 

Con respecto a mí, puedo decirles que fui una persona bastante afortunada. Siempre obtuve reconocimientos académicos o distinciones en diversas áreas. Aunque la mayoría de las veces las oculté por vergüenza. Debo contarles que soy una persona con la autoestima muy baja. Detesto llamar la atención o ser el centro de cualquier reunión o situación social. Siempre deseo pasar desapercibida. 

Con los años, además de mis problemas para socializar, también aumenté de peso. Creo no ser fea, es más recibí siempre muchos elogios por mi cara. No sé si son justos o merecidos, pero la verdad es que no puedo quejarme de la atención recibida. Pero siempre la mantuve oculta. Casi todo en mi vida es un misterio, pero vuelvo al punto, aumenté mucho de peso, y eso, te afea, te hace sentir incomoda, como si no encajaras en ningún grupo o situación social. En general tiendo a alejar a las personas y me cuesta confiar en la gente, y al estar gorda, esa tendencia se incrementa. 

Me considero una buena persona. También confió mucho en mi criterio, y me cuesta muchísimo pedir ayuda. Quizás ese es mi mayor problema: jamás pido nada para mí y no lucho por las cosas que realmente me interesarían o mejoraría mi vida. Pero estoy intentando cambiar eso, ahora que me enfrentó a una posible enfermedad. Además, siempre procuro ayudar. Y actuó siempre basándome en el deber ser, siempre actúo haciendo lo que es correcto, sin esperar recompensas. No actúo por conveniencia, aunque considero que la mayoría de las personas si lo hacen. 

En esta etapa de mi vida, estoy intentando cambiar, darle un giro a las cosas. Si me encuentran un tumor maligno, espero estar lo mejor preparada para afrontar ese momento, aunque realmente debo decirles que es algo duro de sobrellevar. Por ahora siento ansiedad, preocupación, algo de miedo. Ya tuve una experiencia sumamente dolorosa (a nivel físico), y no quisiera que se vuelva a repetir. Es por eso que empecé a escribir este blog, para compartir mis experiencias con personas a las que podría servirles, para que no se sientan tan solas, ni desamparadas. Y también porque es una excelente manera de hacer catarsis.